La piel consta de dos capas: epidermis y dermis. La epidermis está constituida por el , ectodermo de la superficie del embrión y también por melanocitos y células e Langerhans que son células del sistema inmune originadas en la medula ósea. Además contiene células de Merkel, sensibles a los cambios de presión, que pueden o no proceder de fuera de la epidermis. La dermis es un tejido mesodérmico. Deriva fundamentalmente de la capa somotopleural del mesodermo lateral. Pero también, en parte, de la subdivisión dermatomérica de los somitas.
Inmediatamente después de la neurulación, el ectodermo, que originariamente consta de una única gruesa capa de las células, prolifera para producir una capa externa de epitelio escamoso sim0ple denominado peridermo. La capa interna de células en proliferación recibe ahora el nombre de capa basal. En la undécima semana, la capa basal produce un a nueva capa intermedia, situada entre ella y el peridermo. La capa basal de células madre recibe ahora el nombre de estrato germinativo; esta capa continuara produciendo todas las células de la epidermis a lo largo de la vida. En la vigésimo primera semana, la capa intermedia es remplazada por las tres capas definitivas de la epidermis; la mas interna el estrato espinoso, la intermedia es el estrato granuloso y la mas externa el estrato nóneo o capa córnea. Las células de estas capas se denominan queratinocitos, por que contienen la proteína queratina, característica de la epidermis. Las capas de la epidermis presentan un gradiente madurativo: los queratinocitos, producidos por el estrato germinativo, se diferencian a medida que ascienden hacia la superficie, para formar las dos capas intermedia, y los queratinocitos maduros, rellenos de queratino, aplanados y muertos, del estrato córneo, que finalmente se descaman de la superficie cutánea. A medida que la epidermis definitiva se desarrolla, el peridermo situado por encima se desprende paulatinamente al líquido amniótico.
La dermis contiene la mayoría de los tejidos y estructuras de la piel, incluyendo los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos y la mayoría de las estructuras sensitivas. La capa superficial de la dermis desarrolla unas proyecciones denominadas papilas dérmicas, que se interdigitan con proyecciones descendentes de la epidermis denominadas crestas epidérmicas.
De la piel se originan una serie de estructuras especializadas, entre las que se encuentran el pelo, las uñas, y una serie de glándulas epidérmicas. La placodas ectodérmicas también pueden ser consideradas cutáneos. Los folículos pilosos se originan como una especie de varillas que crecen hacia abajo, a través del estrato germinativo en el interior de la dermis. En la base en forma de bastón de cada folículo piloso queda la impronta de un montículo de dermis denominado papila dérmica, y la matriz germinal de epidermis, que se sitúa por encima de la papila dérmica, da lugar al tallo del pelo. Los distintos tipos de glándulas epidérmicas surgen como divertículos de la epidermis. Algunos surgen del cuello de una folículo piloso; otros surgen hacia abjo, directamente a partir del estrato germinativo. Lo cuatro tipos principales de glándulas epidérmicas son las glándulas sebáceas, que secretan el sebo graso que lubrica la piel y el pelo; las glándulas apocarinas, localizadas en las axilas, la región púbica y otras áreas cutáneas específicas, que secretan sustancias odoríferas; las glándulas sudoríparas; y las glándulas mamarias. Los primordios de las uñas de manos y pies surgen en la superficie plantar y palmar de los dedos y ungueal se desarrolla a partir de un estrato germinativo especializado de la epidermis localizado en pliegue unguel, que se solapa con el extremo proximal del primordio ungueal.
