Desarrollo Embrionario
  10.- Desarrollo del Sistema Urogenital
 

 

Tan importante para la supervivencia sobre la tierra firme como los pulmones, el aparato urinario mantiene el equilibrio electrolítico e hídrico de los líquidos orgánicos que bañan los tejidos en un ambiente acuoso y salino. Como sucede con los arcos faríngeos, el desarrollo de este aparato implica la formación transitoria y de egresión consiguiente o la remodelación de sistemas primitivas vestigiales, lo que permite vislumbar la historia evolutiva. El desarrollo del aparato genital está íntimamente integrado con el de los órganos urinarios primitivos en ambos sexos.
Del mesodermo intermedio de los dos lados de la pared dorsal del cuerpo surgen tres estructuras renales sucesivas de organización cada vez más avanzada. La primera es un pequeño grupo de nefrotomos transitorios, no funcionales y segmentarios que aparecen en la región cervical el probable que estas estructuras representen un vestigio del pronofros o riñones primitivos propio de algunos vertebrados inferiores. Cuando estos nefrotomos cervicales regresan en la cuarta semana, surgen una pareja de mesonefros, que se desarrollan en las regiones dorsal y lumbar. Los mesonefros son funcionales son funcionales y poseen nefronas completas aunque simples. Drenan mediante u par de conductos mesonéfricos (de Wolff) que crecen en dirección  caudal para desembocar en la pared posterior del seno urogenital primitivo. En la quinta semana en los conductos mesonéfricos distales aparecen un par de yemas uretrales que inducen el desarrollo de los metanefros o riñones definitivos en el mesodermo intermedio sacro que los recubre.
La cloaca se divide en un recto posterior y un seno urogenital primitivo anterior, que se continúa en sentido cefálico con el alantoides. La porción superior expandida del seno urogenital primitivo se convierte en la vejiga, mientras que su porción inferior da lugar a la uretra pélvica en el varón y a la uretra peneana, y en la mujer a la uretra pélvica y el vestíbulo vaginas. Durante este periodo, las aperturas de los conductos mesonéfricos descienden hasta la uretra pélvica mediante un proceso que también sitúa las desembocaduras de las uréteres en la pared vesical.
En la sexta semana, las células germinales que emigran desde el saco vitelino comienza a llegar al mesenquima de la pared posterior del cuerpo. La llegada de las células germminales el area inmediatamente medial a los mesonefros en el decimo segmento dorsal induce la acumulación de células de este y del epitelio celomico adyacente en los cordones sexuales somático que rodean a las células germinales. Las células de estos cordones se diferencian hacia células de Sertoli en el varón y hacia células foliculares en la mujer.durante este mismo periodo, en la pared dorsal del cuerpo inmediatamente por fuera de los conductos mesonefricos se forman una nueva pareja de conductos, los conductos para mesonéfricos.
La diferenciación sexual de los embriones genéticamente masculinos se inicia al final de la sexta semana, cuando las células de los cordones sexuales comienzan a expresar un gen específico del cromosoma Y. los embriones en los que este gen no se expresa experimentan un desarrollo femenino, incluso aunque tengan un cromosoma Y. El producto de este gen, denominado proteína SRY, inicia una cascada de desarrollo que conduce a la formación de los testículos, los conductos genitales masculinos y la glándulas asociadas, los genitales externos masculinos y toda la constelación de características sexuales secundarias masculinas. La proteína SRY ejerce un control autónomo del desarrollo de las células de los cordones sexuales. Las porciones corticales de los cordones sexuales degeneran, mientras que las porciones medulares se diferencian hacia las células pre-Sertoli, que formaron los túbulos seminíferos.  Las porciones más profundas de los cordones sexuales, que no contienen células germinales, si diferencian a retes testis, una estructura que se une a un número limitado de túbulos mesonéfricos y que se canaliza en la pubertad para formar los conducto que conectan a los túbulos seminiferos con el conducto mesonédrico. Estos túbulos néfricos se transforman en canalículos deferentes de los testículos que los conductos mesonéfricos se convierten en los conductos deferentes. Los conductos paramesonéfricos degeneran. Durante el tercer mes, de la porción distal de los conductos deferentes surgen las vesículas semminales, mientras que la próstata y la glándula bulboretrales lo hacen a partir de la uretra pélvica adyacente. Al mismo tiempo, los genitales externos indiferentes se diferencian para formar el pene y el escroto. En etapas más avanzadas del desarrollo fetal, los testículos descienden al escroto a través de los canales inguinales.
EN los embriones genéticamente femeninos que no tiene cromosoma Y y que por tanto, no producen proteína SRY, los cordones sexuales primitivos degenera, mientras que los cordones corticales secundario proliferan para formar los folículos del ovario. Los conductos mesonéfricos también degeneran y los conductos paramesonéfricos se convierten en los conductos genitales. Las prociones proximales de estos conductos se transforman en oviductos. La fusión de las porciones distales de los conductos dan lugar al útero y la parte superior de la vagina, mientras que la parte distal de esta se forma a partir de un par de bulbos senovaginales, que se desarrollan en la pared posterior del seno urogenital primitivo. Los genitales externos indiferentes evolucionan hacia los genitales externos femeninos, es decir, clítoris y labios mayores y menores.


 
 
   
 
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